domingo, 15 de mayo de 2016

Después de Pentecostés, a anunciar con Parresía

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS A ANUNCIAR CON PARRESÍA, “¿CON QUÉ…?”

Son muchas las veces las que hemos sentido este término que quizás no hemos llegado a exprimir del todo su significado.
Nos acercamos a su uso en los textos bíblicos para saber qué es y lo que hoy debemos entender cuando se nos invita a tener parresía.
Cuando la Parresía se convierte en verbo.
Parresía se puede traducir como: apertura, notoriedad, franqueza (gozosa), confianza, valentía, libertad de espíritu o expresión, sinceridad.
Pero unida a este término nos aparece parresiazomai, que se traduce como: hablar abiertamente o con franqueza o libertad, cobrar ánimo. Es decir un verbo, una acción.
Parresía en Jesús.
El término parresía viene relacionado con la actividad de Jesús (Cf. Jn. 7, 26; 11, 14) y quiere decir que habla abiertamente, que su predicación se realiza públicamente, porque su misión era comunicar la salvación que Dios quería para la humanidad. La parresía en Jesús indica que está lleno del amor de Dios y a los hombres y que por eso habla y actúa.
Parresía en los Apóstoles.
En los apóstoles la parresía marca su predicación de los misterios de Dios, haciendo referencia a esta valentía de hablar no propia del hombre por sí mismo, sino únicamente en Dios. La parresía en los apóstoles se hace patente delante del pueblo hostil al mensaje de Jesús y viene unido a la profesión de fe. Es un carisma que se obtiene en la medida en que el apóstol permanezca unido a Cristo.
La parresía se considera como una dimensión importante de la existencia cristiana y de un apóstol en particular.
Parresía de nosotros hacia Dios.
Comenta Benedicto XVI en Deus Caritas est:no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona” (DCE1)
Ante esa Persona realizamos un acto de confianza que nos lleva a mantener una relación con quien llamamos Padre, con hablamos con parresía de toda nuestra vida, por medio de Cristo, quien nos ha dado esa libertad.
Parresía de nosotros hacia los demás.
Dios está en nosotros y en Él su amor, el mismo que movió a Jesús, y a los apóstoles, a anunciar el Reino a los demás.
Aquí radica la parresía hacia los demás. Cuando amas a una persona tienes la valentía para decirle lo que sientes, corregirla o ayudarla.
No nos falla la parresía porque Dios nos la da desde el día en que fuimos bautizados. Nos falta un verdadero amor hacia nuestros hermanos que no han tenido la oportunidad de que alguien les anunciara la Buena Noticia.  
Necesitamos cristianos verdaderamente llenos de Cristo, en la mente y en el corazón, que tengan claro que nunca podremos ser felices si no anunciamos con parresía el mensaje de Cristo (cf. 1 Jn 1,4), donde parresía es una acción porque es verbo; como Jesús lo hacía, somos otros “cristos”; siguiendo el ejemplo de los apóstoles, testigos como nosotros de las obras de Dios; con la misma confianza, con la que hablamos con Dios. Si somos seguidores de Jesús, nos tiene que doler, como los grandes evangelizadores, que nuestros hermanos se pierdan la alegría de creer.

Extraído de http://catequizando-evangelizando.blogspot.com.ar/2011/06/despues-de-pentecostes-anunciar-con.htmlhttp://catequizando-evangelizando.blogspot.com.ar/2011/06/despues-de-pentecostes-anunciar-con.html

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