miércoles, 22 de febrero de 2017

"La unidad en la acción y en el plano electoral" por Gustavo Vera

El documento del referente de nuestro partido Bien Común que convoca a la unidad en los reclamos y en el plano electoral de todos aquellos que quieren empleo, salario y bajar los precios de los productos.

Por Gustavo Vera
 
De los $ 21.746 mensuales, una tercera parte ($ 7.323) de la canasta total se destina a compra de alimentos. Los servicios vinculados a la vivienda (gas, luz y agua) y al transporte subieron muy fuertemente. En diciembre de 2015, una familia pagaba por esos servicios $412, en diciembre de 2016 tuvo que disponer de $1.020, un aumento del 147%. Esto implica que estos gastos pasaron de representar el 2,6% del gasto total, a casi el 5 %. Esos servicios seguirán ganando peso porque este año las tarifas volverán a subir por encima de la inflación.
La mitad de la población económicamente activa percibe un salario promedio de $ 8000/10.000. Un 30 % aproximadamente oscila entre los $ 10.000 y $ 25000 y tan solo un 20 % está percibiendo por encima de los $ 25.000. En la práctica esto significa que más de la mitad de la población que trabaja está teniendo serios problemas para llegar a fin de mes. Hay un proceso de endeudamiento en los hogares para alimentos, algo que no se veía hace muchísimo tiempo. Vía tarjetas de crédito o aquellos informatizados recurriendo a préstamos usurarios, cada uno de estos hogares con problemas para completar el mes está generando una bola de endeudamiento que en breve tiempo les significará una espada de Damocles por los brutales intereses y el poco poder adquisitivo.

Por otra parte, el Banco Central ha habilitado disponer del dinero de los ahorristas para financiar la especulación financiera de grandes fondos en la compra de Lebac y esto a mediano plazo puede traer un corralito de facto para los ahorros del único sector de la población que todavía llega holgadamente a fin de mes y más inflación, porque la cancelación de la deuda de los Lebac es equivalente a prácticamente toda la circulación monetaria.

Con los aumentos de esta semana de peajes, gas, nafta, pan y transporte público la pérdida de poder adquisitivo se agrava y el impacto en los bolsillos se lo verá de lleno entre fines de marzo y mediados de abril.

El gobierno persiste en no restituir los aranceles de protección arancelaria (redujo casi 18 mil posiciones), con lo cual las Pymes continúan agonizando, suspendiendo y despidiendo gente. Rubros como la metalurgia, calzado, textiles, juguetes, gráficos , entre otros, son los más afectados y es altamente probable que , por ejemplo, las 15 mil suspensiones en el verano de metalúrgicos se transformen en marzo y abril directamente en despidos y así en los demás rubros. Solo en enero hubo 2000 despidos de empresas formales. Se ignora el impacto entre sectores informalizados, pero se estima que por cada empleo registrado se pierden dos en negro. 

Durante el 2016 la cantidad de despidos en el sector formal privado llega a 250 mil. Si le sumamos los informales y siendo benignos, estamos hablando de medio millón de personas que fueron descartadas, medio millón de hogares que no tienen ingresos que se suman a las diez millones de personas que no tienen trabajo o están informalizados en condiciones de aguda pobreza..

También persiste en dejar a los formadores de precios establecer los precios de la canasta básica a discreción, lo cual significa que los precios en los supermercados de los alimentos están más de 100 % por encima de los valores en el Mercado Central. Tan escandalosa es la situación que hasta el oficialista Clarín reconoce que productos argentinos en el exterior son hasta 35 % más baratos que en la Argentina. 

Una periodista inglesa del diario The Economist acaba de realizar un estudio comparativo entre Inglaterra y Argentina que echa luz sobre la situación: en Inglaterra el salario promedio es tres veces más alto que en la Argentina y los precios de la canasta básica de alimentos son un 72 % más baratos que en nuestro país.

Horacio Rodríguez Larreta justificó el aumento de los peajes entre el 36 % y 80 % con el argumento de que tenían que adecuarse a la inflación. Sin embargo, en las actuales negociaciones paritarias pretenden que los gremios se conformen con un 18 % de aumento, algo que naturalmente rechazan y por eso hay mañana un paro de tres días de bancarios, ayer hubo una gran movilización de los metalúrgicos y es altamente probable que no comiencen las clases.

Sin restituir las protecciones arancelarias, sin controlar los precios e impedir los abusos de las grandes cadenas y sin recomponer el salario a los niveles inflacionarios reales no hay chances de paz social, el conflicto es inevitable y por eso la movilización del próximo 7 de marzo en la que confluirán la CGT, las CTA, los movimientos sociales y las Pymes promete ser una de las más masivas de la que se tenga memoria.

Ante tal nivel de devastación, el pueblo sufriente empuja hacia la unidad en lo social, en lo sindical y en lo político. Tengo la certeza de que se castigará a quien divida en nombre de principiamos. La unidad en la acción es una cuestión de supervivencia del pueblo y no la alcanzan a percibir algunos políticos que ya están anestesiados con sus suculentos sueldos muy por encima de la realidad. 

La unidad en la acción es la herramienta para discutir en bloque las reivindicaciones urgentes del pueblo y exigir un cambio en la orientación económica que proteja el mercado interno, genere puestos de trabajo, establezca controles e impida abusos de los formadores de precios y avance hacia un país inclusivo.

Por supuesto que la unidad en la acción no significa renunciar a lo que se piensa y se sabe. No es una amnistía para los que tengan prontuarios. El centro de la pelea es poner las banderas del "Laudato Sí" al frente y trabajar por la reconstrucción del campo popular con referentes que sean expresión de la coherencia del decir y el hacer en la construcción del proyecto nacional. 

No obstante, mientras discutimos nuestras diferencias dentro del campo popular, hay que enfatizar primero la patria y lo que nos une, que es la defensa del pueblo trabajador incluido y excluido. Para eso es urgente la máxima unidad en la acción.